Huye sin percibirse, lento, el día,
y la hora secreta y recatada
con silencio se acerca, y, despreciada,
lleva tras sí la edad lozana mía.
La vida nueva, que en niñez ardía,
la juventud robusta y engañada,
en el postrer invierno sepultada,
yace entre negra sombra y nieve fría.
No sentí resbalar mudos los años
hoy los lloro pasados, y los veo
riendo de mis lágrimas y daños.
Mi penitencia deba a mi deseo,
pues me deben la vida mis engaños,
Y espero el mal que paso, y no le creo.
Soneto de carácter metafísico y moral perteneciente a la lírica barroca conceptivista. Escrito en el siglo XVII por Francisco de Quevedo y cuyo tema principal es la contemplación y el arrepentimiento del propio autor del paso del tiempo. Una forma de mostrar la evolución de la vida a través de un conjunto de profundas metáforas, juegos de palabras y sintaxis latina. Veamos algunos ejemplos de las figuras retóricas empleadas:
-Metáfora:
“hora secreta y recatada”: metáfora de la muerte
“No sentí resbalar mudos los años”
-Polisíndeton:
“Huye sin percibirse, lento, el día,”
-Hipérbaton:
“No sentí resbalar mudos los años”
-Personificación:
“La hora... se acerca”
“resbalar...los años”
“La vida nueva... ardía,”
-Epíteto:
“negra sombra”
“nieve fría”
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