lunes, 21 de mayo de 2012

Quevedo


Huye sin percibirse, lento, el día,
y la hora secreta y recatada
con silencio se acerca, y, despreciada, 
lleva tras sí la edad lozana mía.
La vida nueva, que en niñez ardía,
la juventud robusta y engañada, 
en el postrer invierno sepultada, 
yace entre negra sombra y nieve fría.
No sentí resbalar mudos los años
hoy los lloro pasados, y los veo
riendo de mis lágrimas y daños.
Mi penitencia deba a mi deseo, 
pues me deben la vida mis engaños,
Y espero el mal que paso, y no le creo.



Soneto de carácter metafísico y moral perteneciente a la lírica barroca conceptivista. Escrito en el siglo XVII por Francisco de Quevedo y cuyo tema principal es la contemplación y el arrepentimiento del propio autor del paso del tiempo. Una forma de mostrar la evolución de la vida  a través de un conjunto de profundas metáforas, juegos de palabras y sintaxis latina. Veamos algunos ejemplos de las figuras retóricas empleadas:

-Metáfora:
      “hora secreta y recatada”: metáfora de la muerte
      “No sentí resbalar mudos los años”

-Polisíndeton: 
      “Huye sin percibirse, lento, el día,”

-Hipérbaton:
      “No sentí resbalar mudos los años”

-Personificación: 
      “La hora... se acerca”
      “resbalar...los años”
      “La vida nueva... ardía,”
-Epíteto:
      “negra sombra”
      “nieve fría”

No hay comentarios:

Publicar un comentario